Al sur de la cuenca del arroyo Lasurtegi, en Zerain, se encuentran materiales geológicos de baja permeabilidad, principalmente margas. En estas zonas de baja permeabilidad, debido al movimiento superficial del agua, además del nacimiento de numerosos arroyos y arroyos, se han dado las condiciones idóneas para la formación de los trampales de Olaiztinga y Basaltegi. Estas zonas húmedas interiores no permanentes son de gran importancia para garantizar caudales de agua sostenibles y para la protección de la biodiversidad. De ahí su inclusión en el catálogo de zonas húmedas de la CAPV.
Los trampales son zonas de gran valor para la biodiversidad, debido a las curiosas condiciones que generan. En estos humedales se incluyen hábitats como el carrizal (Typha latifolia), el juncal (Juncus sp.) y la aliseda no ribereña (Alnus glutinosa). En cuanto a la fauna, se pueden encontrar anfibios como el sapo partero (Alytes obstetricans), el cual está protegido tanto a nivel peninsular como europeo), o el tritón palmeado (Lissotriton helveticus), también protegido a nivel peninsular. En el caso de los reptiles, se puede encontrar la lagartija vivípara o de turbera (Zootoca vivipara) y la culebra de Esculapio (Zamenis longissimus), clasificada esta última como de interés especial en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas.
Los trampales son ecosistemas muy vulnerables por estar estrechamente ligados a determinadas condiciones. El trampal de Basaltegi se genera por acumulación de aguas superficiales. El cambio de estas condiciones en la cuenca hace peligrar la supervivencia de la vegetación y fauna autóctonas. Son varias las amenazas que sufren estos humedales:
- El aplastamiento de maquinaria y vehículos produce daños en la vegetación.
- Las pistas provocan alteraciones hidrológicas, modificando los caminos del agua superficial. Los restos de ramas pueden generar problemas de colmatación.
- El sobrepastoreo puede producir fertilización y eutrofización, aplastamiento y pérdida de suelo.
- El infrapastoreo puede causar una transformación de la vegetación a lo largo de su sucesión ecológica.
Resulta difícil mantener ese frágil equilibrio y es muy sensible la gestión de estas zonas. En el trampal de Basaltegi han influido desde hace años diferentes usos: polvos y sedimentos que se producían como consecuencia de la explotación de la mina de Aizpea, infraestructuras construidas (caminos y vías férreas), explotaciones de árboles acotados, tránsito de personas y carros, etc. Más tarde, en los años 50, fue un juncal destinado a la ganadería. El descenso de esta actividad se tradujo en plantaciones de coníferas (Pinus radiata).
En la última década, desde que se introdujera en el catálogo de zonas húmedas, el ayuntamiento está trabajando en la gestión de los desequilibrios que provocan las actividades humanas en este entorno, para que el trampal siga siendo trampal.